martes, 19 de agosto de 2014

De calzas y bragas

Efectivamente, en la Edad Media la gente llevaba ropa interior; de hecho, san Isidoro de Sevilla (s.VII) afirma que "la vestidura más antigua fue el perizoma, un ceñidor que cubría la parte verenda del hombre".

Así pues, la primera prenda a vestir en los hombres son estos calzoncillos medievales llamados bracae, bragas, que cubrían desde la cintura hasta las rodillas y se sujetaban con un cinturón llamado braguero. Al braguero se sujetaban las calzas, que cubrían las piernas hasta medio muslo, mediante unas hebillas o ligas; se hacía un nudo que cogía conjuntamente las ligas, las calzas y la tela de las bragas para reforzar la sujeción.
Otro procedimiento para sujetar las calzas era enrollarlas y atarlas bajo la rodilla. Las llevaban de esta manera las gentes humildes como pastores, albañiles, labradores y soldados.

En lo que se refiere a prendas íntimas femeninas hay escasas referencias. Partiendo de las calzas conservadas de la Infanta María de Castilla (s.XIII), lo más probable es que cubriesen la pierna al completo, sujetas a la cintura mediante un cordón.
En general, el material usado para estas prendas era lino (lana muy fina o seda para altos estamentos) y el color común, blanco o sin teñir (verde, anaranjado, azul... para nobles y principales).
El hecho de que san Isidoro haga referencia a estas prendas en sus Etimologías, hace pensar que no sufrieron demasiada evolución durante los siglos medievales.

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