A finales del siglo XV aparece el gremio de los boneteros.
Cofia;
es el tocado más común para todos los hombres en todas las clases sociales. Era de tela, normalmente blanca y lisa, bajo el cual se recogían el pelo antes de ponerse el almófar. Los hallazgos hechos en Las Huelgas, revelan que también podía haber cofias forradas de pergamino o de lana o de seda bordada.
Cappiello;
es de origen militar, inspirado en los yelmos cilíndricos y en las cofias de armar de principios del siglo XIII. Tenía forma cilíndrica y podía estar ricamente adornado, con pedrerías, corales u otros materiales preciosos. Junto a estas líneas vemos el de Fernando de la Cerda (1255-1275), conservado en el Museo de Las Huelgas de Burgos; tiene un armazón de lienzo y madera, seda, hilos metálicos, aljófares, corales y vidrios.
Bonete;
era de base redonda con la copa troncocónica (influencia italiana), cuadrangular o redondeada, alta o baja. Con el tiempo llegó a incorporar una pequeña vuelta más o menos ancha y, cuando el tocado estaba forrado por dentro, se veía la tela. A su vez podía tener algún corte, los cuales permitían llevar la vuelta hacia arriba sin hacer ningún frunce a la copa.
Lucido por la clase alta y los criados de éstos, siendo de adorno llegó un momento que se lucía por cualquier motivo, tanto en casa como en la calle. Se llevó directamente sobre el pelo o sobre la cofia. También formó conjunto con otros tocados como el sombrero o el turbante.
El bonete con aspecto de boina y sin vuelta quedó para uso de clérigos y físicos.
Lucido por la clase alta y los criados de éstos, siendo de adorno llegó un momento que se lucía por cualquier motivo, tanto en casa como en la calle. Se llevó directamente sobre el pelo o sobre la cofia. También formó conjunto con otros tocados como el sombrero o el turbante.
El bonete con aspecto de boina y sin vuelta quedó para uso de clérigos y físicos.
Capirote;
tocado en forma de capuchón, muy práctico como prenda de abrigo. Podían estar abiertos por delante y abotonados o completamente cerrados; la punta quedaba tiesa hacia arriba o doblada hacia abajo. Ello fue el punto de partida para las sucesivas transformaciones que sufrió este tocado a lo largo de los siglos XIV y XV.
Sombrero;
lo llevaban caminantes, peregrinos, viajeros, albañiles, labradores y segadores para protegerse del sol. Se hallaban confeccionados en palma, paja, lana o fieltro, de copa semiesférica no muy pronunciada y dotadas de alas de mayor o menor amplitud.
No hay comentarios:
Publicar un comentario