La saya se vestía siempre sobre la camisa interior y solía llevar encima un segundo vestido o manto (sólo las mujeres de modesta condición llevaban un solo vestido). Esta prenda puede presentarse de muchas maneras diferentes, sobretodo según la geografía, la profesión y el estatus.
La saya más sencilla tenía exactamente el mismo corte que la saya masculina, aunque más larga.Una de ellas sería con las mangas plisadas, cuello amigaut y hechura holgada, ceñida con un cinturón.
Una variante de la saya holgada para mujer podía ser la forma de las mangas. El gusto por las mangas anchas alcanzó su auge en el siglo XII, se acampanaban desde el codo o desde el antebrazo, dejando ver la camisa interior.
La evolución de la moda durante el siglo XIII dio lugar a un tipo de saya ajustada mediante aberturas encordadas, laterales o traseras. Aunque intentó prohibirse, tuvo gran aceptación tanto en hombres como en mujeres ya que buscaba realzar la esbeltez de la cintura. En los trajes femeninos, los bordes de la abertura lateral quedaban a veces muy separados, dejando ver una buena parte de la camisa.
Una de las prendas más originales de la moda española del siglo XIII fueron las sayas ajustadas sin mangas, que permitían mostrar los ricos bordados de la camisa, o con mangas "cosedizas", que se unían al cuerpo destacando la pegadura con una guarnición.
Una de las prendas más originales de la moda española del siglo XIII fueron las sayas ajustadas sin mangas, que permitían mostrar los ricos bordados de la camisa, o con mangas "cosedizas", que se unían al cuerpo destacando la pegadura con una guarnición.
El mismo tipo de saya ajustada pero con dos mangas largas y estrechas, colgadas de los hombros, era usado por las juglaresas.
La moda de las mangas perdidas (anudadas, colgantes o tubulares) era de origen oriental; se inició en el S.XII y continuó en el S.XIII, cuando el arranque de las mangas se elevó hasta los hombros quedando como simples adornos de tela. Se pueden vestir anudadas, colgantes o enrolladas en torno al brazo hasta el codo, dejando colgar la bocamanga. Que las juglaresas y las bailarinas las pusieran en sus túnicas es debido a que las mangas se prestaban para el juego de los brazos en ciertas danzas, por lo que no sería representativa de clases altas o muy humildes.
La moda de las mangas perdidas (anudadas, colgantes o tubulares) era de origen oriental; se inició en el S.XII y continuó en el S.XIII, cuando el arranque de las mangas se elevó hasta los hombros quedando como simples adornos de tela. Se pueden vestir anudadas, colgantes o enrolladas en torno al brazo hasta el codo, dejando colgar la bocamanga. Que las juglaresas y las bailarinas las pusieran en sus túnicas es debido a que las mangas se prestaban para el juego de los brazos en ciertas danzas, por lo que no sería representativa de clases altas o muy humildes.
Otro tipo de saya con las mangas colgantes corresponde a un tipo social trabajador. Era un traje corto que dejaba asomar dos palmos de la camisa; sus mangas tubulares se anudaban sobre los hombros para poder manipular con mayor comodidad.
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