martes, 20 de enero de 2015

Tocados masculinos s.XIII

Se hacían de lana, tejiéndola, luego se abatanaba la tela (fieltro), se teñía y por último se daba forma con un molde prensándola. En algunas representaciones pictóricas podemos ver el rabito que queda en la parte superior tras tejerse. Los bonetes de lujos se recubrían con tela de seda o con terciopelo. Quedaba bien encajado en la cabeza y de llevar cordeles de sujeción estos eran cortos, lo suficiente para atarlos bajo la barbilla.
A finales del siglo XV aparece el gremio de los boneteros.

Cofia;
es el tocado más común para todos los hombres en todas las clases sociales. Era de tela, normalmente blanca y lisa, bajo el cual se recogían el pelo antes de ponerse el almófar. Los hallazgos hechos en Las Huelgas, revelan que también podía haber cofias forradas de pergamino o de lana o de seda bordada.


Cappiello; 
es de origen militar, inspirado en los yelmos cilíndricos y en las cofias de armar de principios del siglo XIII. Tenía forma cilíndrica y podía estar ricamente adornado, con pedrerías, corales u otros materiales preciosos. Junto a estas líneas vemos el de Fernando de la Cerda (1255-1275), conservado en el Museo de Las Huelgas de Burgos; tiene un armazón de lienzo y madera, seda, hilos metálicos, aljófares, corales y vidrios.

Bonete;
era de base redonda con la copa troncocónica (influencia italiana), cuadrangular o redondeada, alta o baja. Con el tiempo llegó a incorporar una pequeña vuelta más o menos ancha y, cuando el tocado estaba forrado por dentro, se veía la tela. A su vez podía tener algún corte, los cuales permitían llevar la vuelta hacia arriba sin hacer ningún frunce a la copa.
Lucido por la clase alta y los criados de éstos, siendo de adorno llegó un momento que se lucía por cualquier motivo, tanto en casa como en la calle. Se llevó directamente sobre el pelo o sobre la cofia. También formó conjunto con otros tocados como el sombrero o el turbante.
El bonete con aspecto de boina y sin vuelta quedó para uso de clérigos y físicos.

Capirote;
tocado en forma de capuchón, muy práctico como prenda de abrigo. Podían estar abiertos por delante y abotonados o completamente cerrados; la punta quedaba tiesa hacia arriba o doblada hacia abajo. Ello fue el punto de partida para las sucesivas transformaciones que sufrió este tocado a lo largo de los siglos XIV y XV.

Sombrero; 
lo llevaban caminantes, peregrinos, viajeros, albañiles, labradores y segadores para protegerse del sol. Se hallaban confeccionados en palma, paja, lana o fieltro, de copa semiesférica no muy pronunciada y dotadas de alas de mayor o menor amplitud.


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